jueves, 10 de marzo de 2011

INDIGNACIÓN SANITARIA

Tengo un hijo de cuatro años, tienen que operarle de vegetaciones. Acudimos al otorrinolaringólogo de la seguridad social para que nos confirme que, efectivamente, tenemos que quitárselas porque las tiene muy grandes y no le dejan respirar bien. El doctor, muy amable, nos entregó el cuestionario de consentimiento informado que debíamos firmar y se ofreció a solucionar todas nuestras dudas.
Yo le pregunté si la operación se llevaría a cabo en el hospital público más cercano a nuestra casa, y la contestación del médico nos dejó a mi marido y a mí más que perplejos y notablemente indignados.
Las palabras del médico fueron que en el hospital en cuestión no había lista de espera (eso supone que, desde que te dan cita para el anestesista y terminas todas las pruebas tienes un plazo de 20 días para que se realice la operación, salvo que seas Esperanza Aguirre, claro, que te diagnostican un día y te opera al siguiente por la seguridad social un médico que también opera por lo privado, por lo que podía habar pagado ella por lo privado su propia operación y no haberse operado pagado por  la suma de todos), pero que dado que las listas de espera se gestionan directamente por la Comunidad de Madrid (otra vez Esperanza Aguirre y sus muchachos) te pueden mandar a un centro privado (que es lo que les gusta a ellos, salvo que sean ellos mismos los que se van a operar) y si tú te niegas, si les dices que prefieres que sea en un centro público, en palabras textuales del médico "te ponen en una lista de espera fea en la que te pueden llamar a los 6 meses".

Sin más comentarios. La democracia que nos intentan vender se me parece mucho a la Edad Media, época de señores feudales con derechos exclusivos y plebe sometida a las reglas que les vienen impuestas  y que es feliz pagando los beneficios de sus señores "con la suma de todos".

viernes, 4 de marzo de 2011

El porqué del comienzo

A modo de presentación diré que he elegido este nombre para mi blog, tomándole prestada una frase a Ismael Serrano, cuando en la presentación de su canción "Ya ves" dijo que le gustaría ser el que le llevara las cartas a Pablo Neruda. Y el caso es que en la película "El cartero y Pablo Neruda" hay una escena con la que me siento muy identificada. Es el momento en el que el cartero está hablando en la sacristía con el sacerdote del pueblo que le advierte sobre las maldades implícitas en el pensamiento comunista del poeta, y en ese momento, cuando el cartero se asoma a la capilla, ve al escritor arrodillado rezando. Y es que es cierto, es compatible tener ideas de izquierdas y ser creyente, como es mi caso. Cierto es que mis ideas religiosas quizás se apartan un poco o mucho de la ortodoxia católica, cada vez más impregnada de ideas neocatecumenales y similares, y eso ocurre con mis opiniones en general. 
De ahí el segundo referente del blog, en el que plasmaré mis "opioniones de una jóven formal", en un guiño a mi gran referente ideológico, Simone de Bouvier, sobre todo a raíz de la lectura de sus "Memorias de una jóven formal". 
En una mezcla de homenaje a la jóven formal de antaño y catársis, una jóven formal del siglo XXI, que también procede de un ambiente familiar conservador, y que también ha roto algún que otro molde en su maduración como persona, desea compartir en este espacio sus opiniones y recibir aquellas que deseen ser compartidas.
Bienvenidos.